«Liarse la manta a la cabeza»

Expresión acuñada durante la batalla de Cuarte en el 1094. La ciudad, que había sido prácticamente sitiada por los almorávides, contaba con la espléndida defensa de Rodrigo Díaz de Vivar. El Cid, que sabía que la ciudad no podría resistir mucho más el asedio, decidió que sólo había una solución, que era la de un ataque inesperado a las tropas acampadas a las puertas de la ciudad. Para ganar tiempo decidió tender una emboscada al enemigo: durante una noche de espesa niebla mientras al norte un pequeño destacamento tenía por misión lanzar un breve y mínimo ataque, el Cid saldría con el grueso del ejército por el sur vestidos de almorávides. Aunque era probable que la artimaña funcionara por la poca visibilidad, no dejaba de ser una misión tan desesperada como arriesgada, por lo que el Cid convocó a sus hombres y les dijo: «Al alba vedremos si la astutia de la nocte nos asistiere: liguémonos los mantos a la testa como si turbantes fueren e ataquemos sin mirar tras nos». Aunque la batalla se venció las bajas fueron numerosas, por lo que la expresión comenzó a utilizarse como sinónimo de un acto aventado e irreflexivo.

5 comentarios

  1. «Turbante»: según el «Breve diccionario eTIMOlógico» (upsss! la palabra «etimología» contiene la palabra «timo») esta palabra está documentada desde 1588 en español y desde 1487 en italiano. Mucho después de la época del Cid. También es sospechosa la grafía «nocte» que no es muy propia de la época. Afortunadamente ya se nos ha informado sobre la fuente de la frase cidiana.

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