Aunque muchos creen que la expresión es un modo de evitar decir “me cago en dios”, en realidad su origen está a comienzos del siglo XIX, cuando Napoleón invadió toda la península Ibérica. Uno de sus generales más sangrientos fue Jean François D’Huez, que aterrorizó Murcia, Almería y el sur de Albacete. Su apellido pronunciado por la gente de esta zona se convirtió en algo muy cercano a “diez”, aunque en Andalucía oriental hay incluso algún testimonio de “me cago en Díaz”, lo que demuestra que en origen no tenía nada que ver con el número. Jean François D’Huez era originario precisamente de la localidad que posteriormente pasó a llamarse “Alpe D’Huez” en su honor, hoy famosa por el puerto de montaña del Tour de Francia.
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¡Me cago en D’Huez!
Reblogueó esto en El Blog de José Blas Molinay comentado:
Puestos a invadir, está claro que Roma dejó mejor recuerdo